¿De quién te quieres vengar?

De las preguntas que más respuestas cargadas de mentiras genera.

Y sino me crees, ¿qué pensaste en tu mente cuando leíste el título?:

• “Yo… no, de nadie”.
• “Bueno… no… para tanto…”
• “¿Vengarme? ¡Ay no! Ya sané”.
• Sí, me hizo mal, pero ¿vengarme? no creo.

Y así tu mente divaga por una serie de imágenes del pasado que lo único que está buscando es una justificación de algo que hoy te ha hecho tomar acciones de forma equivocada contra lo más preciado que tienes en tierra: TÚ MISMO, y muy posiblemente sin darte cuenta.

Todo lo anterior sucede porque una de las características más únicas del ser humano es su capacidad para desarrollar una serie de emociones durante los primeros 5 años de vida, y la capacidad de empatizar y comprender sus propias emociones y de las personas que le rodean.

Esa capacidad de compresión y empatía se conoce con el nombre de inteligencia emocional, y es algo que los padres deberían tener como obligación en desarrollar con sus hijos durante esos primeros años de vida, para asegurar una adecuada madurez y desarrollo afectivo y emocional.

Esto les permitirá afrontar mejor las situaciones de estrés que puedan tener en un futuro, empatizar mejor con las personas que les rodeen y evitar posibles problemas de conducta que los lleven a estar autosaboteándose, pensando que se están vengando de otros, sin darse cuenta que el único daño se lo están haciendo a sí mismos.

El desarrollo afectivo y emocional del niño/a se trata de un elemento clave de su desarrollo y de su aprendizaje, pues las emociones y los sentimientos de una persona se encuentran presentes a lo largo de toda su vida, en algunos casos llegando a marcar un antes y un después en la toma de decisiones.

Es por ello que, llegado este momento, juzgar qué se nos dio o no en nuestra infancia es llorar sobre la leche derramada; tristemente la mayoría de los seres humanos crecieron sin esas herramientas que debían alimentar ese desarrollo afectivo y emocional, por distintas causas:

• Padres que abandonaron.
• Abusos y maltratos en la infancia.
• Críticas destructivas permanentes.
• Ausencia de figura de autoridad y de amor.

Y pueden estar otras más.

La noticia que te trae este blog es que debes ser Consciente que vengarte de aquellos que hicieron daño, es solo hacerte daño a ti mismo.

Estás en la época donde seguir siendo ignorante es una opción, sin embargo, cuentas con un sinnúmero de profesionales que no solo están con los brazos abiertos para sanar tu alma, sino incontables libros que ya tienen rutas claras para sanar toda tu vida.

Hacerte más daño para vengarte de los que en algún momento te dejaron una huella negativa es un camino equivocado. Tú tienes una misión en la tierra, y esos momentos de dolor y aflicción solamente han sido la escuela completa para reiniciar una vida llena de propósito, marcando un antes y un después, y el único responsable de salir de esa nube oscura eres tú.

¿Qué puedes hacer?

1. Busca del cielo, y pregúntale a Dios – aunque no le creas -: “Señor, ¿qué debo hacer?”.
2. Busca ayuda profesional: psicólogo, psiquiatra, terapeuta, Coach, los cuales te acompañarán en el resurgir de tu confianza, con la firme convicción de tu sanación; ten en cuenta que ellos no te van a sanar, te guiarán para que encuentres tu propio camino de libertad emocional.
3. Perdónate. Solo eso. Cómo la canción: lo qué pasó, pasó.
4. Agradece que a pesar de todo lo que te has hecho para “vengarte”, sigues con vida. Aún no es tu momento. Hoy es el día para brillar y SER FELICES.

¿Estás listo para transformar la venganza en una enseñanza y marcar tu nuevo camino de felicidad?

Sé que sí. Hoy te queda claro que cuando te vengas de alguien, el único que se perjudica y se hace daño eres tú mismo.

Me cuentas cómo te fue…

El blog de Baena
@jorgebaena15
Www.jorgebaena.co
Coach/Artista